Las estructuras metálicas están expuestas a una amplia variedad de condiciones ambientales que pueden causar su deterioro por corrosión. Por tanto, mantener una estructura metálica es fundamental para alargar considerablemente su vida útil.
La corrosión es un proceso químico o electroquímico que ocurre cuando el metal se expone al aire u otro medio líquido o gaseoso. El metal se oxida, se debilita y se deteriora.
Esto supone un serio problema que puede causar daños estéticos y estructurales, así como una pérdida de funcionalidad.
Para minimizar los efectos de la corrosión, es importante seleccionar el metal adecuado para la construcción, así como el tratamiento para su superficie junto con el revestimiento más apropiado.
También es importante diseñar y construir las estructuras de metal de tal manera que se minimicen las áreas expuestas al aire y a los fluidos.
Una buena estructura metálica debe tener una óptima protección contra la corrosión.
A continuación te contamos algunos consejos para el correcto mantenimiento de una estructura metálica.
1. Usar el metal adecuado
Es importante seleccionar el metal adecuado para el proyecto.
Algunos metales son más propensos a la corrosión que otros. Por ejemplo, el hierro y el acero son metales muy reactivos que se oxidan fácilmente en contacto con el aire u otro medio, frente al aluminio que es más ligero y mucho menos oxidable.
El Hierro
El hierro se usa en la construcción de estructuras metálicas porque es un material muy resistente.
Al ser un metal muy duro y pesado, es idóneo para construir estructuras que deben soportar mucho peso.
El acero
El acero es un material de construcción muy popular debido a sus propiedades únicas.
Es extremadamente resistente, lo que lo hace ideal para ser empleado en la construcción de estructuras.
También es muy duradero, por lo que es muy usado en edificios y puentes.
El acero es un elemento muy versátil, razón por la cual se utiliza en la construcción de una amplia variedad de elementos estructurales.
El aluminio
El aluminio es un metal ligero y versátil que se utiliza en una gran variedad de aplicaciones, desde coches y aviones hasta envases y equipamiento electrónico.
También se utiliza en la construcción de estructuras metálicas, donde su ligereza y resistencia a la corrosión lo hacen ideal para aplicaciones estructurales.
El aluminio se utiliza en estructuras metálicas de varias maneras.
En primer lugar, con él se fabrican perfiles estructurales, como vigas y columnas.
También se usa para fabricar paneles de revestimiento y otros elementos de cubierta.
En algunos casos, el aluminio se utiliza como un material de relleno en estructuras de acero para reducir el peso de la misma.
El aluminio también es empleado en la construcción de puentes y otras construcciones de gran tamaño. En estos casos, su uso se hace en conjunción con otros materiales, como el acero, para crear una estructura más resistente y duradera.
En general, el aluminio es un material muy versátil y útil en la construcción de estructuras metálicas.
Su ligereza, resistencia a la corrosión y capacidad para ser formado en una gran variedad de formas lo hacen ideal para una amplia variedad de aplicaciones.
2. Proteger las superficies metálicas
Las superficies metálicas deben protegerse de la corrosión mediante el uso de revestimientos y pinturas.
Los revestimientos más comunes son el zinc, el cobre y el níquel.
Las pinturas también pueden aplicarse sobre las superficies para protegerlas de la corrosión. Sin embargo, las pinturas no son tan efectivas como los revestimientos metálicos.
3. Diseñar las estructuras de metal de tal manera que se minimicen las áreas expuestas
El cuerpo estructural debe diseñarse y construirse de forma que se minimicen las áreas expuestas al aire y a los fluidos.
Las áreas más proclives a ser corroídas son aquellas donde el metal está en contacto directo con el aire o demás agentes.
En general, se debe usar un revestimiento de protección en el metal o construir la estructura de tal manera que el metal esté protegido del medio ambiente.
4. Mantener las estructuras metálicas limpias y secas
Todo el sistema debe mantenerse libre de suciedad y humedad.
La suciedad y el agua pueden acumularse en las superficies metálicas, especialmente en recovecos y puntos de anclaje dando lugar a que se inicie el proceso de corrosión.
Por lo tanto, es importante limpiar las superficies metálicas con cierta asiduidad.
5. Inspeccionar la estructura metálica con frecuencia
Toda estructura metálica debe inspeccionarse con una determinada frecuencia para detectar posibles signos de corrosión.
En caso de ser localizados, deben tomarse las medidas adecuadas para detener el proceso y reparar los daños.
De esta manera podremos asegurar una vida útil más duradera de la construcción, lo que al fin y al cabo, supone un importante ahorro económico para la empresa.